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lunes, octubre 18, 2004

TODOS SE PIERDEN 



Para mí, escribir es despreciarme; pero no puedo dejar de escribir. Escribir es como la droga que me repugna y tomo, el vicio que desprecio y en el que vivo. Hay venenos necesarios y los hay sutilísimos, compuestos de ingredientes del alma, hierbas cogidas en los rincones de las ruinas de los sueños, amapolas negras encontradas al pie de las sepulturas (...) hojas largas de árboles obsenos que agitan las ramas en las márgenes oídas de los ríos infernales del alma.
Escribir, sí, es perderse, pero todos se pierden, porque todo es pérdida. Pero yo me pierdo sin alegría, no como el río en la desembocadura para la que nació desconocido, sino como el lago formado en la playa por la marea alta cuya agua nunca más regresa al mar.
Moverse es vivir. Decirse es sobrevivir.

Fernando Pessoa

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BELLEZA Y PODER 

Siempre me pregunto qué influencia tiene la belleza de una mujer en su vida. Algunos dicen que es un arma. El nuevo feminismo sabe explotar todo. "Los ascensos se consiguen seduciendo" se quejan las mujeres de la vieja guardia. Yo no lo veo como un problema en sí mismo, el problema es cuando eso se junta con la falta de talento. Los hombres también usaron la seducción para lograr sus éxitos. Aunque no tanto. No sé qué piensan de esto.
Si Carson McCullers hubiera sido más linda (linda para ciertos parámetros de cierta sociedad) ¿habría escrito "Frankie y la boda"?
Si Patti Smith hubiera sido más linda ¿se habría dedicado a otras labores en vez de ser música y poeta?







Hoy, en un documental de E Entertainment acerca de las transformaciones físicas que sufrieron varias estrellas, mostraban a Marilyn antes y después.
Yo, que admiro a la Monroe, me pregunté porqué nunca antes me había fijado.
Es cierto: cirujía de nariz (se quitó un pedazo de tabique), ortodoncia (mejoró la dentadura, bastante), se puso más tetas, se hizo un mentón más sexy, y, como todos sabemos, se convirtió en la rubia oxigenada más famosa de todos los tiempos.










No sé, me sigo preguntando qué habría sido de, por ejemplo, Idea Vilariño si hubiera sido una chica más "bella" ¿Habría escrito aquellos poemas? ¿O se habría casado con el doctor tal?

Por otro lado, Kylie Minogue, habría cantado con Nick Cave si hubiera sido más gorda, ¿lo habría conseguido de todos modos? Lo dudo.




Yo pregunto ¿Belleza es poder? ¿Se les ocurren otros dilemas?

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miércoles, octubre 13, 2004

SE REEDITA EL DISCURSO VACIO 



CORRAN TODOS A LA LIBRERIA, YA MISMO!!! DEJEN TODO LO QUE ESTÉN HACIENDO!!! SE REEDITÓ "EL DISCURSO VACIO" DE MARIO LEVRERO Y ESTA A LA VENTA ($250)

Para los admiradores de Mario Levrero, este hecho es una gran alegría. Dado que sufrimos su pérdida el 30 de agosto de este año, el que se reedite una de sus obras mayores es una gran compensación. Siempre pensé que para un escritor el momento de su muerte es realmente el momento de su consagración en el reino de los vivos, que son los que cuentan el cuento. En el caso de Mario, al morirse pensé, como para consolarme "Ya se irán reeditando sus títulos agotados" "Ya lo conocerán las nuevas generaciones" "Ya vendrá el momento de Mario" "Ya saldrán las notas por todos lados" "Ya llegará la gloria". Y todo eso está sucediendo, de a poquito, milagrosamente.

Para los que nunca leyeron el libro, les puedo contar que la idea del escritor era hacer un ejercicio de caligrafía que le cambiara el carácter, el humor. Se lo propuso así hasta que un día, revisando las hojas que había escrito, se dio cuenta de que lo que tenía entre manos era una novela. Así lo contaba él.

Sobre esta novela de Levrero, dice Amir Hamed:

"Un caso por completo distinto es el de El discurso vacío, probablemente la mejor novela de Mario Levrero hasta ahora, que alcanza una levedad prodigiosa. A partir de unos supuestos "ejercicios de caligrafía", Levrero termina exponiendo cuán ominosa puede resultar la exigencia de ligereza que han impuesto las editoriales grandes y chicas en los últimos lustros. "Dejarse llevar es la forma de ser protagonista de las propias acciones -cuando uno llega a cierta edad", dice el texto en la última página. Terminada ésta, el lector descubre que el relato se ha disuelto como si fuera apenas polvillo. Levrero ha resumido la vacuidad de lectura y escritura. El discurso vacío nos enseña que todos hemos llegado a cierta edad -espero que no a cierta emergencia- en la que sólo nos hemos dejado llevar. Es probable que, una vez superada esta hora, podamos leer El discurso vacío bajo otra clave, y pensar que el texto de Levrero ha cumplido con el deseo de Hamlet de que la carne, demasiado sólida, pudiera esfumarse en el rocío."

*Este texto fue originalmente leído el 10 de diciembre de 2002, en el marco del LAB. 02 Arte emergente organizado por el ICI, en Montevideo, durante un panel sobre Narrativa Emergente. Parte del mismo fue publicado por el Semanario Brecha Nº 893


Transcribo la contratapa que está escrita por Juan Ignacio, que no solo es protagonista de "El discurso vacío" sino que además fue como su hijo.

"Releo este libro, catorce años después de haber vivido muchos de los episodios que en él se cuentan, y siento, más que nunca, que estas páginas son el relato de una crisis y de un renacimiento. Podría decirse, sin ironía, que este es el más sincero libro de autoayuda que se ha publicado jamás.
Tironeado por dos mundos el escritor de siempre, ahora devenido en esposo y padre, sufre porque observa cómo la infinidad de tareas domésticas, nacidas de su nueva condición , le consumen tiempo y la energía que necesita para conectarse con su alma y poder volver a escribir.
Guiado por la premisa "letra linda, yo lindo", inicia entonces una "terapia grafológica", con la incierta esperanza de que las mejoras en su caligrafía redunden benéficamente en el orden de su mundo interior.
Pero estos ejercicios caligráficos son interrumpidos por los vaivenes de la vida cotidiana; a veces aparezco en escena husmeando sus textos, preguntando angustiado por mi madre; otras, un sueño irrumpe en medio de un ejercicio y la precisión de la caligrafía se desdibuja, presa de la emoción de las imágenes.
Si al principio Levrero se resiste a estas intromisiones, a medida que el discurso avanza va permitiendo cada vez más que el deseo de narrar tome el control de la mano, encontrando que es justamente en la exploración de su entorno donde se produce el ansiado contacto con el mundo exterior. Entonces comprendemos, junto con él, ,que esa añorada alma suya se manifiesta también en el ojo herido del perro Pongo, en la manera alocada con que mi madre, Alicia, lleva adelante una mudanza, o en la rama de un árbol que asoma a través de la ventana de una casa abandonada. Ese hallazgo es el renacimiento"
Juan Ignacio Fernández




Es un libro hermoso. Yo se lo presté a un ex- y nunca más lo vi. Ni a mi ex-, ni al libro. Y bueno. Y desde que se agotó, ¡qué bronca! Necesitaba este libro. Como un acto compulsivo, lo ingresé yo misma, lo puse en la vidriera, lo compré para mí, y ahora escribo esta columna. Estuve un poco atarada estos días, y también fui atacada por una gripe de porquería que me permitió poner en orden algunas cosas. Ya contaré.

Continúo...

También descubrí que Mario le sacó jugo a esto de cambiar mediante la escritura. Ahora que está de moda la terapia narrativa. El reescribir el guión de nuestra vida. Mario lo hacía hace años. Si sería un maestro. Acá va parte de un reportaje que salió en uno de los últimos números del País Cultural, donde da más muestras de esta particular habilidad para mutar a través de la escritura.

"Cuestionario inédito a Mario Levrero (1940-2004)" por Pablo Rocca

Introspección y realismo

DURANTE el verano de 1992 me dediqué a preparar una bibliografía de y sobre la obra de Mario Levrero, que salió como apéndice a la reedición de su relato Nick Carter se divierte mientras el lector es asesinado y yo agonizo, publicado por la editorial Arca como, por entonces, otros libros del autor. Aprovechando un fluido y no siempre plácido intercambio epistolar -épocas sin correo electrónico- envié a Levrero un fatigoso cuestionario. Poco más de un tercio de las respuestas a equivalente número de preguntas se dio a conocer en el semanario Brecha, Nº 345, 10 de julio de 1992.
"Los reportajes y cuestionarios, así como alguna que otra opinión que uno deja caer por ahí, difícilmente, o nunca, tienen una relación directa con el escritor. El escritor es un ser misterioso que vive en mí, y que no se superpone con mi yo, pero que tampoco le es completamente ajeno", advirtió -un poco fastidiado- en una introducción a sus respuestas. Doce años después, y en ocasión del alejamiento de este mundo al que ayudó a ser más tolerable, esta es sólo otra parte de las palabras de Jorge Mario Varlotta Levrero. Un escritor genial que, por lo mismo, nunca se despide.
ORÍGENES DE UN SOLITARIO
-¿Por qué nunca aparece la figura de tu madre en tu literatura, siendo que has optado por su apellido para identificarte como escritor de ficciones? ¿Podrías evocarla?
-No creo que la figura de mi madre no aparezca en mis textos; creo que aparece de múltiples maneras, bajo múltiples formas (personajes, objetos, situaciones). Tampoco podría decirse que mi literatura es puntualmente autobiográfica, aunque mis protagonistas muchas veces se me parezcan. En "La cinta de Moebius" y en "Todo el tiempo" aparece la madre del protagonista; y en algunas anécdotas presenta, sí, algunos aspectos, más que de mi madre, de una percepción mía -muy temprana- de mi madre. Tampoco podría asegurar que la adopción de su apellido remita inexorablemente a su persona, ya que mi abuelo materno, don Juan Ernesto Levrero, también fue una presencia muy importante en mi infancia.
En estos momentos [junio 1992] no quisiera evocar a mi madre -doña Nilda Renée- cuya muerte el pasado agosto todavía no he terminado de aceptar.
-Quien lea tus textos, quien se asome a un reportaje advertirá de inmediato que no sos un tipo común, que seguramente nunca lo fuiste. Es seguro que tu timidez, tu retraimiento actual era aún mayor en los primeros años de tu vida. ¿Cómo recordás tu infancia en Peñarol? ¿Te sentías un solitario? Nunca aparecen referencias explícitas a otros hermanos u otros parientes de esos primeros tiempos.

-Mi infancia en Peñarol fue sin duda solitaria, pero no debe pensarse en una soledad negativa o angustiante; al contrario. Tampoco era una soledad absoluta, ni yo era especialmente retraído o poco sociable. Tenía una buena excusa para aparecer diferente, porque a los tres años me diagnosticaron un soplo al corazón, que en aquella época (o por aquellos médicos) se trataba con una quietud absoluta. Eso significó una relativa inmovilidad forzosa -con algunas licencias que sabía tomarme- hasta los siete u ocho años, cuando nos mudamos al centro. Al principio contaba con mis abuelos, que pasaban mucho tiempo conmigo y eran muy afectuosos. Ellos vivían en una casa al frente, con mi bisabuelo materno, y mis padres y yo en una casita de madera, muy bien hecha, a los fondos; yo pasaba "temporadas" con mis abuelos en la casa del frente, y también a menudo en una casita que teníamos en el balneario Costa Azul (donde aprendí a caminar; me acuerdo como si fuera hoy). Cuando murió mi bisabuelo, mis padres y yo nos mudamos con mis abuelos, a la casa del frente, y alquilaron la del fondo; algunos inquilinos también significaron compañía y amistades. También tuve una amiguita, dos o tres años menor que yo, con quien nos llevábamos espléndidamente. Vivía a pocas casas de la mía y nos pasábamos visitando. Después la escuela empezó a arruinar todo, aunque me las arreglé para faltar casi todo un año haciéndome el enfermo; pero el año no lo perdía ya que sabía leer y escribir, y un compañero de clase me traía los deberes que había que hacer y al otro día los llevaba hechos.
En "La cinta de Moebius" aparecen referencias a multitud de parientes; no a hermanos, que por suerte no tuve. Ese relato fue escrito con la intención inicial de "fabricarme un nuevo pasado", partiendo de algunas referencias autobiográficas, y allí los personajes que compusieron buena parte de mi mundo infantil fueron caricaturizados y recreados, aunque respetando las vivencias propias de aquel entonces. La idea era que si podía cambiar el pasado, también cambiaría automáticamente el futuro; creo que tuve éxito."



Y corto el reportaje porque es acá adonde quería llegar: el tipo hizo magia con las palabras. No solo con "El discurso vacío", que creo fue la novela que más se vendió de todas las suyas, que lo cambió en varios aspectos al fin y al cabo, sino también con esto de "fabricarse un nuevo pasado" a través de la construcción de un relato como "La cinta de Moebius". No dejo de asombrarme de los recursos que tenía. Aclaro que no leí el cuento que aparentemente estaá en "Aguas salobres" (relatos, 1983) Es un buen ejercicio ese de intentar cambiar toda nuestra historia a través de una cinta de moebius ¡Qué buen ejercicio! Si él tuviera el taller le pediría para hacerlo ejercicio. Como ya no está, lo haré algún día, en su honor. Si alguien quiere hacerlo con su vida, mándeme ese ejercicio. O por qué no un diario para mejorar la letra y la vida. Yo lo último que hice en relación a esto fue un diario inspirado en el libro de Julia Cameron "El camino del artista". Es una especie de libro de autoayuda para artistas.
Durante seis meses seguidos todas las mañanas escribí las tres hojas páginas de la mañana que se requerían. Y creo que me sirvió para abrir los horizontes. Para cambiar. Dice cosas interesantes acerca de los creadores, la creatividad. Hay buenos ejercicios ahí.
Y tiene muchas frases interesantes, inspiradoras:

"Cada brizna de pasto tiene su Angel que se inclina y le susurra: 'Crece, crece'"
El Talmud




"Nadie ve una flor, realmente. Es tan pequeña que lleva tiempo y no lo tenemos. Ver lleva tiempo, como tener un amigo lleva tiempo"
Georgia O´Keeffe

"Desarrolla un interés en la vida tal como la ves; en las personas, ls cosas, la literatura, la música: el mundo es pleno, rebosante de ricos tesoros, almas maravillosas y gente interesante. Olvídate de tí mismo"
Henry Miller

"Deja de pensar y hablar acerca de ello, y no hay nada que no puedas llegar a conocer"
Paradigma Zen

"La vida se encoge o se expande en proporción al coraje de cada uno"
Anais Nin

"En el instante en que sabes cuál ha de ser el resultado estás perdido"
Juan Gris

"Lo que mueve a los hombres de genio, lo que inspira su trabajo, no son ideas nuevas, sino la idea obsesiva de que lo que ha sido dicho no es todavía suficiente"
Eugene Delacroix

"El arte evoca el misterio sin el cual el mundo no existiría"
Magritte

"El azar siempre es poderoso. Ten el anzuelo siempre listo; en el estanque más inesperado encontrarás un pez."
Ovidio

"La situación del artista es de humildad. El es esencialmente un canal"
Piet Mondrian

"Solamente cuando ya no sabe lo que está haciendo, un pintor hace cosas buenas"
Edgar Degas

"Para llegar a ser verdaderamente inmortal, una obra de arte debe exceder todos los límites humanos: la lógica y el sentido común lo único que hacen es interferir. Pero una vez que esas barreras se rompen, entrará en el reino de las visiones y sueños de la infancia."
Giorgio De Chirico

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