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martes, setiembre 15, 2009

EL SILLÓN VERDE 

Me habían enviado una de esas cadenas de Amnistía Internacional en la que alertaban de una de las tantas injusticias que suceden día a día en el mundo: "OTRA MUJER VA A SER LAPIDADA EN IRAN". Parece que una mujer casada había cometido adulterio y por eso le iban a tirar piedras hasta matarla. Reenvié el mail a varias amigas y conocidas a ver si con nuestras firmas podíamos ayudar en algo. Sabía que a algunas le iba a romper las bolas y que otras se iban a solidarizar con la causa. El mail sirvió de excusa para que Moira -a la que hacía tiempo que no veía- me escribiera:

"che Patricia quería comentarte si te divertía hacer algo que se me había ocurrido hacer hace un tiempo ya... es que estoy pintando unos cuadritos chiquitos bastante simpáticos y coloridos y siempre la protagonista es una mujer o a veces sillones tipo sofás no se porqué... la cosa es que se me había ocurrido que capaz te divertía (a mí me divierte) escribir una historia a partir de ese cuadrito (...) siempre me gustó la idea de que hubiera un cuento o algo con la palabra que lo acompañara y que funcionara como inspiración. no sé, te la tiro a ver que te parece como idea... si te divierte un poco te mando fotos para que los veas a ver si te inspiran...
un beso grande"

En seguida le contesté:

"Querida Moira: ¡Claro que sí, me coparía escribir una historia a partir de esos cuadritos! Mandame esos cuadritos que siempre quise conocer. Si me gusta alguno (probablemente me gusten todos, ¡qué problema!) capaz que lo puedo comprar más adelante. Hagamos esa dupla creativa. La creatividad ayuda mucho a combatir la tristeza, la desesperanza, los avatares de la vida. Desde ya te digo que quedo a la espera de esos cuadros. También me van a ayudar a escribir desde otro lugar. Está bueno el experimento. ¡Quiero!"

Ella me mandó varios cuadros por mail, a cual más hermoso. Enseguida elegí uno. Lo bauticé "El sillón verde".



Acto seguido, me puse a escribir. El cuadrito me inspiró.
Me salió este poema que también titulé "El sillón verde".

El sillón verde
Lo último que quedó de nosotros
Me deshice de él no bien te fuiste
Tenía marcados los rasguños
de nuestro único hijo perro
Tenía marcado tu cuerpo
las horas que pasaste ahí con la guitarra
las que pasaste estudiando matemáticas
A mí nunca me había resultado cómodo
ese sillón
Será que siempre tuve la cola grande
El sillón verde
Se lo terminé regalando
a un compañero de trabajo
que lo amó con locura
El sillón verde encontró por fin su dueño
donde menos lo esperaba
Ahora el sillón es el nido de un poeta
Y me alegra que así sea
Él quedó tan contento como si siempre
lo hubiera buscado
Un sillón verde de dos cuerpos
imitación cuero
rasguñado por un perro
con un mal karma
El poeta me mostró la foto
que se había sacado
sentado sobre el sillón
leía un libro de algún poeta surrealista
y sostenía un paraguas sobre su cabeza
tenía las piernas cruzadas
sentado de costado
su cuerpo iba de lado a lado
y en sus pies llevaba patas de rana
en serio

y sonreía de oreja a oreja
El dueño actual del sillón
es un poco excéntrico
como todos los poetas
él también tiene sus rarezas
pero sólo se permite ser así de libre
en su casa
En la vida real
el dueño del sillón es su heterónimo
Es un otro anónimo
un tipo de lo más serio
casi inexpresivo
incapaz de hacer una mueca
un gesto
una payasada
fuera de lugar
Pero en su casa es otra cosa
Incluso estrenó el sillón
como lugar amatorio
llevando una chica a su casa
ella resultó ser una Medusa
que lo mató con la mirada
mientras lo montaba
en el sillón
Pero él sobrevivió también a eso
Recuperó las fuerzas
durmiendo en el sillón verde
Cuando se despertó ya estaba curado
Ese nunca fue mi sillón
Por si no te quedó claro todavía
Y tampoco el tuyo
De eso estoy segura
Nunca pude sentarme
En el sillón verde a descansar
Nunca me diste tregua
Vivía a los saltos
Vos habías elegido ese sillón
Entre unos cuantos
Exigiendo tu derecho a tener algo
elegido por vos en la casa
“No me gusta el sillón rosado
que querés comprar
-habías dicho en la mueblería-
yo también vivo en tu casa
yo soy un hombre y quiero
ese sillón el verde”
Es difícil tomar decisiones
de a dos
Había ahorrado en el banco
para comprar ese
nuestro sillón verde.

era la primera vez
que compraba
un sillón
A nuestra casa le faltaba ese sillón
Había abierto una cuenta en el banco
para poder comprar ese sillón
Me había empeñado en que lo tendría
En que sería mío
En que sería el símbolo de nuestra relación
de nuestra vida asentada
de nuestra fuerza como pareja
sería el carro de nuestro amor
El sillón verde
Me acuerdo la cara de mi padre
Cuando lo vio
“¿Y eso?
¿De dónde salió?”
“Lo compré yo”
Mi padre no podía salir
de su asombro
El sillón verde era más lindo
que el que él tenía en su casa
Y era caro
Con el tiempo se fue deteriorando
Pero al principio lucía
Y todas mis amigas pasaban
sentadas ahí cuando venían de visita
Todas se tiraban a lo largo
Y respiraban aliviadas
Como si hubieran encontrado su hogar
Y descansaban aliviadas
Como emperatrices
Y suspiraban: “¡Ahhhh……..!
En cambio yo
nunca pude pasar
un momento agradable
sobre él
Es cierto, cada uno tenía
sus lugares y sus muebles favoritos en la casa
vos tenías la cama, el escritorio, y el sillón
yo la cocina, la biblioteca y la buhardilla
Cada uno reinaba a su manera
Cada uno con sus cosas
Cuando tuve que tomar la decisión
Ni siquiera te consulté por el sillón verde
Hacía tiempo que te habías mudado con otra
Y ella ya tenía sillón
Había que hacerlo rápido
Deshacerse de las evidencias de nuestro amor
De nuestras pertenencias
Dejar de recordarte de una vez por todas
Dejar de soñar con que alguna vez
volviéramos a estar juntos
Dejar de fantasear con que
engendraríamos un hijo
haciéndolo sobre ese sillón
al ritmo de Sonic Youth
Al final nos quedamos
sin amor
sin hijo
sin sillón
Tanto que peleamos
al final ninguno se quedó
con el sillón verde
Nunca tendríamos que haberlo comprado
No fue una buena idea
Lo supe desde el principio

4/9/09

Mi amiga se llama Moira Secco y es muy talentosa.
El sábado pasado me invitó a una feria que se haría en el pub Kubrick, en el que ella vendería sus cuadritos junto a otros artistas y diseñadores. Fui. Lo primero que hice fue comprarle el cuadro del sillón verde. Hacía tanto que no nos veíamos que no había conocía ninguna de sus obras. Me fascinaron. Al final compré cuatro cuadritos más. Me quedé con las ganas de llevármelos todos...

Me gustaron también de esa feria unos collages de Mariana Fossatti. Como ya no me quedaba un peso le pedí una tarjeta. Me encantó su propuesta. Ella tiene un blog y un flickr. Parece que su madre hacía collages también. Además van a encontrar debates de lo más interesantes en su flickr acerca del arte, la estética, los conceptos de belleza. Es un poco como un blog, bastante interacivo.

Hablando de flickrs, en el flickr ojos en remojo de Daniel Roggero -que además de ser un excelente fotógrafo fue compañero mío de la Escuela de Cine- van a encontrar varias fotos que me sacó. Estamos haciendo series desde hace un mes. La última fue en una fábrica de ladrillos abandonada que se llama Andrés Deus. Algunas fotos de esta serie se puede ver en una carpeta que se llama "Ruinas"



That´s all, folks!

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